Gingerbread Angel Food Cake

gingerbread angel food cake

Gingerbread Angel Food Cake


Pocas experiencias terrenales saben a nube. Hasta el momento en el que este Gingerbread Angel Food Cake entró en mi vida, dos elaboraciones me hacían sentir como si estuviera masticando una nube: la bica blanca de Laza y la Japanese Cake


El angel food cake es una elaboración en la que no interviene ningún tipo de grasa: ni mantequilla, ni aceite y ni tan siquiera yemas de huevo. En este pastel se emplean básicamente tres ingredientes: claras de huevo, azúcar y harina. Un elemento fundamental en un pastel de este tipo es el batido de las claras, y batidas hasta que queden espumosas y firmes. Es también imprescindible seguir los pasos marcados en la receta en el mismo orden en el que se enumeran, respetar la técnica del tamizado de la harina y, además, emplear otros ingredientes como el cremor tártaro y el zumo de limón, elementos que ayudan a que las claras montadas mantengan su firmeza. 


gingerbread angel food cake

Algunos puntos a tener en cuenta en cuanto a las claras:

  • El primer paso es que las claras estén a temperatura ambiente.
  • No ha de quedar ningún resto de yema o de las cáscaras ya que en ese caso nos va a ser prácticamente imposible montarlas. Para curarnos en salud, lo más recomendable es comprar claras pasteurizadas.
  • El recipiente en el que vamos a batirlas ha de estar escrupulosamente limpio y seco.
  • Podemos frotar las paredes del recipiente en el que vamos a montar las claras con una rodaja de limón, y así eliminar posibles restos de grasa.
  • Es importante controlar la velocidad del batido: hemos de empezar batiendo a una velocidad baja e ir aumentándola progresivamente. 
  • No batir en exceso las claras ya que nos podemos encontrar con que las claras comenzarán a desprender agua, desestabilizándose y por lo tanto, imposible de volver a montar.

Sobre este Gingerbread Angel Food Cake solo puedo decir que aparte de su textura, me maravilla el sabor. Especias como el jengibre, la canela, el clavo y la nuez moscada son absolutamente imprescindibles en toda elaboración que lleve la etiqueta "gingerbread". ¡Es una mezcla de especias tan típica de la Navidad de muchos países!


Soy consciente de que los angel food cake se caracterizan también por su aspecto alto. Como podéis ver, el mío se quedó a la mitad de la altura, simplemente por el ancho del diámetro de mi molde. En el blog
 I  love bundt cakes podéis encontrar información detallada sobre la cantidad de ingredientes base que necesitamos dependiendo del tamaño del molde. En este mismo blog podréis encontrar la receta original. Cuando se la vi a Bea en las redes sociales, sabía que tenía que estrenar mi molde con esta delicia de receta.

gingerbread angel food cake


Receta de Gingerbread Angel Food Cake

Ingredientes 

Para un molde angel food cake de 21 centímetros de diámetro:

  • 300 gr de claras de huevo
  • 180 gr de azúcar glacé
  • 90 gr de harina de trigo corriente
  • 1 cdta de cremor tártaro
  • 1/4 cdta de sal común
  • 1 cdta de zumo de limón
  • 1 cdta de extracto de vainilla
  • 2 cdtas de jengibre en polvo
  • 1 cda de canela en polvo
  • 1/4 cdta de clavo en polvo
  • 1/2 cdta de nuez  moscada

Elaboración

  1. Precalentar el horno a 180ºC, con calor superior e inferior.
  2. Tamizamos la harina y las especias. Reservamos.
  3. Tamizamos el azúcar. Reservamos.
  4. Colocamos las claras en un recipiente amplio y las batimos durante un minuto. 
  5. Agregamos el cremor tártaro, la sal y el zumo de limón. Batimos durante tres minutos más hasta que se hayan formado picos suaves.
  6. Aumentamos la velocidad del robot o de las varillas y vamos incorporando el azúcar glas poco a poco. Seguimos batiendo hasta que notemos que las claras van adquiriendo brillo.
  7. Agregar el extracto de vainilla y batir un poco más hasta que se haya integrado.
  8. Añadimos la harina y las especias en dos tandas, mezclando con suavidad tras cada adición, preferiblemente con una espátula. 
  9. Volcar la masa en el molde (sin engrasar) y nivelamos la masa.
  10. Horneamos el pastel en una altura inferior al medio, con calor superior e inferior, unos 35-40 minutos o hasta que al pincharlo con un palillo este salga limpio sin restos de masa. 
  11. Sacamos el pastel del horno y le damos la vuelta sobre un plato amplio. Ha de permanecer boca abajo durante una hora y media. 
  12. Transcurrido este tiempo, repasamos los bordes con la ayuda de un cuchillo sin punta para ayudarlo a que se desprenda. Después sacamos la base y pasamos el cuchillo alrededor con el mismo fin. Desmoldamos.
  13. Podemos decorar el pastel con azúcar glacé por encima. En mi caso, trituré un trozo de un bastón de caramelo por encima para darle un toque más navideño.



Kimchi fried rice o arroz frito coreano con kimchi

kimchi fried rice o arroz frito coreano con kimchi


Receta de Arroz frito coreano con kimchi o kimchi-bokkeumbap


En una publicación anterior viajamos a Corea para descubrir el kimchi, una de las elaboraciones insignia de la gastronomía de este país. Indagando sobre cómo los oriundos consumen esta col fermentada, pude averiguar que se sirve tanto como acompañamiento, tanto como plato único en sí o como ingrediente que entra en juego junto con otros, como es el caso de la receta de hoy: arroz frito coreano con kimchi o kimchi-bokkeumbap


He de decir que desde que descubrí la col fermentada he buscado recetas en los que emplearlo. Particularmente, tomarlo tal cual me resulta un poco fuerte. Sin embargo, no tanto cuando se combina con otros ingredientes. 


El arroz frito coreano es un plato sencillo y de gran aceptación en Corea. Originariamente, aunque incierto, surgió por la necesidad de aprovechar sobras de arroz cocido, otro ingrediente que no falta en su cocina. Al mezclarlo con el kimchi, sus jugos lo hidratan y lo hacen más comestible. 


Existen muchas variantes sobre esta receta. Aunque los ingredientes principales son arroz y kimchi (obviamente), se admiten otras opciones como jamón, carne, bacon, cebolla, zanahoria, setas, calabacín, e incluso algas. Y en la mayor parte de las veces no puede faltar un huevo frito coronándolo. No necesitas tener preparado con antelación más que el kimchi, y te puedo asegurar que este arroz frito coreano es un plato que se hace en un pis-pas.


kimchi fried rice o arroz frito coreano con kimchi


Ingredientes (4p)

  • 400 gr de arroz de grano grueso
  • 1/2 cebolla mediana cortada en daditos
  • 4 lonchas de bacon ahumado cortado en tiras finas
  • 150 gr de kimchi cortado en dados de tamaño mediano
  • 60 gr de jugo de kimchi
  • 60 gr de agua corriente
  • 1 cdta de gochujang (pasta de chile coreano)
  • 3 cdtas de aceite de sésamo
  • 1 cda de aceite de oliva
  • 4 huevos
  • Semillas de sésamo tostadas (para decorar)
  • Cebollino o tallo verde de una cebolleta (para decorar)

Elaboración

  1. Cocer el arroz en agua hirviendo hasta que esté tierno. Escurrir, refrescar y reservar.
  2. En una sartén honda ponemos a calentar una cucharada de aceite de oliva, añadimos la cebolla y la cocinamos a fuego medio hasta que esté tierna (unos 5 minutos).
  3. A continuación añadimos las tiras de bacon. Removemos de vez en cuando. 
  4. Una vez que las tiras de bacon estén doradas añadimos el kimchi troceado, y salteamos durante 1 minuto.
  5. Agregamos el arroz, los 60 gramos de jugos de la conserva de kimchi, el agua, el gochujang y las 3 cucharaditas de aceite de séseamo, y mezclamos con suavidad para que se integren bien todos los ingredientes. Dejamos cocinar unos 7 minutos.
  6. Mientras tanto podemos ir friendo los huevos, uno a uno, en otra sartén. Fríelos según tus gustos: o bien a la plancha o en abundante aceite. A nosotros nos gustan en aceite para que se forme un encaje crujiente, pero es más saludable freírlos en una pequeña cantidad y a la plancha.
  7. A la hora de servir, coloca un huevo frito sobre el arroz, que habrás dispuesto en forma de montaña. Espolvorea unas semillas de sésamo y un poquito de cebollino (o cebolleta verde), y listo.

Receta versionada de Maangchi

Rigatoni con salsa de queso mascarpone y espinacas baby

Rigatoni con salsa de mascarpone y espinacas baby

Receta de Rigatoni con salsa de queso mascarpone y espinacas baby



Ya estamos a finales del mes de agosto, y seréis muchos los que ya estaréis de vuelta a casa de vuestras vacaciones. Otros estarán de camino, y también los habrá que tendrán una sonrisa dibujada en sus caras porque ya les llega el momento de disfrutar de uno de los momentos más ansiados del año. Habrá quienes digan que el verano ya se ha terminado (creeme que yo soy de las que rezaría por acelerar su fin, pues odio el calor). Pero todo apunta a que nos quedan por delante días de temperaturas aún altas y seguir pasando un poco más de calor, pues es bien sabido que de un tiempo a esta parte las estaciones del año parecen ser muy poco respetuosas con el calendario, y se alargan más allá de la fecha en las que les corresponde pasar el testigo a una estación nueva.


En mi caso, la vuelta a la rutina, o mejor dicho: la vuelta al trabajo, está por llegar en tan solo unas horas. El 1 de septiembre se abren de nuevo los centros educativos, aunque hasta una semana después los estudiantes no ponen un pie en el aula. Volverán entonces las prisas, el ir contra reloj, el planificar nuestras rutinas de forma minuciosa, entre ellas los menús de comidas y cenas.


Esta receta de Rigatoni con salsa de mascarpone y espinacas baby que publico hoy es de ese tipo de recetas para las que, aparte de los ingredientes, obviamente, tan solo necesitas 30 minutos para elaborarla. De manera que si eres organizado u organizada y anotas en tu lista de la compra los ingredientes que necesitas, no tendrás más que disponerlos en la encimera e ir haciendo uso de ellos pasito a pasito. Es una receta deliciosa en la que entran en juego las espinacas baby, tan suaves y melosas, que envuelven la pasta con una salsa a base de queso mascarpone, y todo ello aromatizado con ralladura y zumo de limón. Y para terminar, un toque crujiente a base de piñones. ¿Qué? ¿Ya te imaginas este combo en tu plato?


Pues te cuento los detalles para ir abriendo boca ;)


Rigatoni con salsa de mascarpone y espinacas baby


Ingredientes (4P)

  • 400 gr de rigatoni (o cualquier otro tipo de pasta corta de tu gusto)
  • 2 cdas de aceite de oliva virgen extra
  • 1 diente de ajo rallado o machacado
  • 250 gr de queso mascarpone
  • 1/2 vaso (de agua) del caldo de cocción de la pasta
  • 1 limón (zumo y ralladura)
  • 1 bolsa de espinacas baby (125 gramos)
  • Sal y pimienta blanca molida al gusto
  • Un puñado de piñones
  • Unas lascas de queso Parmesano 

Elaboración

  1. Ponemos a calentar abundante agua en una olla grande. Cuando rompa a hervir, echaremos sal y la pasta. Seguiremos las instrucciones del fabricante para controlar el tiempo de cocción de la pasta. Una vez tierna (o al dente - según gustos), escúrrela, refréscala para detener la cocción y reservala.
  2. Mientras se cuece la pasta, en una cazuela baja ponemos a calentar el aceite y doramos el diente de ajo hasta que comience a desprender su aroma y sin que llegue a dorarse mucho. Añadimos las espinacas (las puedes trocear si quieres, pero no es necesario) y removemos.
  3. Una vez tiernas añadimos el queso mascarpone y el medio vaso del agua de cocer la pasta. Es el momento de agregar la ralladura del limón y su zumo. Removemos bien para ayudar al queso a que se disuelva bien hasta que se forme una salsa suave y ligera.
  4. Cuando se haya cocido la pasta, la añadimos a la salsa, y mezclamos muy bien. Dejamos reducir la salsa hasta la mitad. Rectificamos de sal y pimienta.
  5. A la hora de servir, espolvoreamos unos piñones y unas lascas de queso Parmesano y como dirían los italianos: ¡Approfitta! (¡Qué aproveche!)


Kimchi coreano fácil

Kimchi coreano

Receta de Kimchi coreano fácil


Es totalmente indiscutible que el interés por la gastronomía internacional en mi familia se va ampliando poco a poco, y cada vez más. De un tiempo a esta parte ha surgido un gusto especial por una cocina totalmente novedosa para nosotros: la cocina coreana. Podría apoyarme en decir que este interés, y que va en aumento, se debe a la expansión de la cultura musical que ha llegado a occidente de la mano de un fenómeno musical conocido como k-pop, y que es abanderado por mega bandas como BTS, entre otras muchas. Y no lo digo en vano, pues de no ser por ellos, o mejor dicho, del interés de mi hija por ellos, al igual de por tantas otras bandas más, así como de su lengua y cultura, a estas alturas de mi vida no me sonarían términos tales como bulgogi, tteokbokki, bibimbap, bokkeumbap o kimchi. 

Mi primer contacto con estas elaboraciones tuvo lugar antes de que cualquiera de esos términos hubieran sonado en mis oídos. Una primera visita a un restaurante coreano en Madrid fue suficiente para despertar el interés por una cocina totalmente desconocida hasta entonces. Y curiosamente, la primera receta que hice fue la que mayor tiempo de elaboración requiere: kimchi, una receta de col fermentada muy picante, de sabor entre fuerte y picante, de ahí que mayormente se tome acompañando otros platos.

Las prisas no son buenas si quieres hacer kimchi, ya que es un proceso del que verás, y catarás, sus resultados al menos una semana después. Para elaborarlo se ha de seguir una técnica de fermentación en la que también entran otros productos de la huerta como el nabo daikon, la zanahoria, la cebolleta, el ajo y raíces como el jengibre, junto con uno de los condimentos insignes de la gastronomía coreana: el gochujang, a base de chiles rojos super picantes.

A lo largo de la historia han ido surgiendo técnicas de conservación de alimentos tales como el salazón o el escabechado, y en Corea se usaba la de la fermentación con el fin de poder disponer de col a lo largo de todo el año y no solo en los meses en los que la tierra lo daba. Es una técnica que se emplea desde hace cientos de años. 

El kimchi es en Corea el alimento más popular, el que forma parte de la dieta diaria de cualquier coreano, el que no falta en ningún hogar, el que se sirve con todo tipo de alimentos como el arroz, caldos, carne e incluso pizza, aunque actualmente se consume como un plato en sí mismo. Es tan importante el valor del kimchi en la cultura coreana que tienen un día conocido como Kimjang en el que las familias de juntan para prepararlo y así estar abastecidos durante todo el invierno. 

Existen muchos tipos de kimchi dependiendo de la zona geográfica, llegando a contabilizar hasta 187 tipos diferentes. Debe ocurrir lo mismo que en España ocurre con la paella: cada familia tiene su receta propia, je je je.

De un tiempo a esta parte, por influencia o no del kimchi, ha surgido interés por los alimentos fermentados, y es que sus propiedades son tan altamente beneficiosas para el organismo, que cuentan con un gran número de adeptos de este tipo de elaboraciones. Según los expertos, refuerzan el sistema inmunológico, y nuestra salud intestinal mejora ayudándonos a mejorar el equilibrio de nuestra microbiota intestinal y evitando la proliferación de microorganismos patógenos. Algunos ejemplos de productos fermentados son y sin ir más lejos, el yogur, el chucrut, el miso, el kéfir, la kombucha, la salsa tamari y la salsa de soja, el tempeh, el vino, el vinagre y el tofu.

Si deseáis adentraros en la cocina coreana, para mi hay una gurú que es Maangchi, que tiene su propio blog y su canal en YouTube. A pesar de ello, encontré una receta muy sencilla en La Cooquette, y que es la que os dejo por aquí. 


Ingredientes kimchi coreano


Ingredientes

  • 350 gr de col china o repollo
  • 5 gr de sal (15 gr por kilo)
  • 1 cdta de azúcar blanquilla 
  • 80 gr de cebolleta
  • 1 cdta de jengibre fresco rallado
  • 1/2 manzana
  • 3 dientes de ajo grandes
  • 2 cdas de salsa de pescado
  • 1 cda de gochugaru
  • 1 cdta de pimentón dulce
  • 1 zanahoria pequeña
  • 100 gr de nabo daikon (opcional)
  • El tallo verde de una cebolleta


Elaboración

  1. Corta la col o repollo en trozos de aproximadamente 5 centímetros de tamaño, lávalo muy bien, y escúrrelo. Ponlo en un recipiente grande, esparce la sal por encima y frótalo para ablandarlo y ayudarle a desprender agua. Tápalo con film transparente o un paño y déjalo reposar unas dos horas.
  2. Mientras tanto, en el vaso de un robot de cocina pon los siguientes ingredientes: el azúcar, la cebolleta troceada, el jengibre rallado, la manzana, los dientes de ajo, la salsa de pescado, el gochugaru y el pimentón y tritúralo hasta conseguir una papilla. Resérvalo tapado hasta que la col esté lista.
  3. Estruja a la par que escurres la col. Añade el condimento que habías triturado y también la zanahoria pelada y cortada en bastones muy finos, así como el tallo verde de la cebolleta y el nabo daikon. Mezcla muy bien todos los ingredientes. 
  4. Vierte las verduras en un frasco de cristal esterilizado previamente, con tapa, y a medida que las vas vertiendo, presiona con una cuchara para facilitarlas a desprender sus jugos. Cierra el tarro con su tapa y guárdalo en la despensa cinco días. A lo largo de este tiempo, notarás que el kimchi se va formando mediante un proceso de fermentación fruto de los gases que las propias verduras forman y desprenden. 



Ensalada de patata alemana o Kartoffelsalat

ensalada alemana kartoffesalat

Ensalada alemana o kartoffesalat


Los alemanes la llaman "kartoffelsalat", y nosotros la llamaremos, literalmente, ensalada de patata, un plato muy sencillo en el que el ingrediente principal es, como su nombre indica, la patata, aunque son necesarios otros ingredientes como el vinagre, la mostaza, el bacon y la cebolla, admitiendo también encurtidos. 


Lo curioso es que indagando sobre esta ensalada que se ha hecho tan popular en medio mundo, he descubierto que en sus orígenes (en la región de Suabia, en el suroeste de Alemania) tenía que ver más bien poco con la imagen que hoy tenemos de ella, y para mi sorpresa, su similitud con las papas aliñás, típicas de Cádiz, es inmensa. Según la receta original, la patata se cuece, se corta en láminas finas, se aliña con vinagre, sal y pimienta, y se adereza con caldo de carne y mostaza. Se deja reposar la patata durante una hora, y transcurrido este tiempo se añade aceite. 


La receta que te traigo hoy es con la que yo la conocí en un restaurante alemán hace unos cuantos años. Esa receta había caído prácticamente en el olvido, hasta que un día, sin motivo aparente, regresó a mi memoria y fue entonces cuando pensé que siendo tan amigos de las ensaladas, la kartoffelsalat tenía que formar parte de mi repertorio habitual. Y aquí está ahora para ti también, después de indagar por aquí y por allá.


En casa la tomamos como plato único, una opción que nos encanta. Sin embargo, en Alemania parece ser que se sirve como guarnición, y que, aunque hay una receta base de la que parte, debe ocurrir como en España con la paella: que cada familia la adapta a sus gustos partiendo de una opción de ingredientes con los que poder jugar en esta ensalada. Por ello, puedes encontrarte con kartoffesalats que llevan (o no) huevo cocido, o encurtidos, o salchicha en lugar de bacon, y hierbas aromáticas que van desde el estragón hasta el cebollino pasando por el eneldo. 


¿A qué temperatura comerla? Pues admite tomarla fría o templada. Yo siempre soy partidaria de tomar las ensaladas de patata a temperatura ambiente para apreciar mucho mejor la textura de la patata.


Como ves, las opciones son múltiples. ¿Cómo la cocinarías tú?


ensalada alemana kartoffesalat


Ingredientes (4p)

  • 800 gr de patatas con piel
  • 2 huevos
  • 4 pepinillos medianos en vinagre (u 8 pequeños)
  • 4 salchichas tipo "Baviera"
  • 4 cdas de mayonesa
  • 2 cdas de mostaza a la antigua
  • Un chorrito de vinagre (de la conserva de los pepinillos)
  • Sal común
  • Cebollino (para decorar)

Elaboración

  1. Lavamos las patatas con su piel.
  2. Preparamos un recipiente grande (una ensaladera) para ir preparando la ensalada.
  3. En una olla amplia ponemos agua a calentar para cocer las patatas. Una vez que rompe a hervir, introducimos las patatas enteras, sazonamos con sal y las cocemos hasta que estén tiernas, lo cual dependerá del tipo de patata. Una vez que estén tiernas, se refrescan en agua fría y entonces se pelan y se cortan en cubos de tamaño pequeño. Los echamos en la ensaladera.
  4. En una cazuela pequeña ponemos agua a calentar y sumergimos los huevos. Una vez que rompa a hervir el agua, contabilizamos 10 minutos. Retiramos la cazuela del fuego y refrescamos los huevos en agua fría con unos hielos, lo cual nos ayudará a pelar los huevos mejor. Una vez pelados, los cortamos en trocitos pequeños y los agregamos a la ensaladera con la patata.
  5. En el microondas cocemos las salchichas durante 1 minuto y medio. Si no tenemos microondas, las sumergimos en agua y las cocemos 2 minutos. Retiramos y dejamos que se atemperen antes de cortarlas en discos de unos 4-5 milímetros de grosor y que añadiremos al resto de los ingredientes.
  6. En un recipiente pequeño mezclamos la mayonesa y la mostaza y después agregamos la mezcla a la patata y los demás ingredientes. Rectificamos de sal, vertemos y poquito del vinagre de la conserva y mezclamos muy bien.
  7. Tapamos con film transparente y guardamos en la nevera para que esté fresquita cuando llegue el momento de consumir.
  8. A la hora de servir, espolvoreamos un poquito de cebollino picado.

Asadillo manchego

asadillo manchego

Receta de Asadillo Manchego


El asadillo manchego es un plato típicamente castellano-manchego. Consiste en un asado de pimientos y tomates, sofritos posteriormente, y aderezados a base de comino, ajo, aceite y sal. Dependiendo de las casas, es costumbre asar los pimientos y sofreír los tomates aparte. En otros hogares se asan ambos en el horno. En mi caso, y no por tradición familiar, tengo por costumbre hacerles compartir espacio en la bandeja del horno porque soy consciente de que ese toque asadito les viene de perlas a ambas hortalizas.


Este platillo es ideal como ensalada en el verano. En época estival nosotros tenemos por costumbre tomarlo fresquito, aunque también es cierto que preferimos sacarlo de la nevera un ratito antes para que se atempere y poder disfrutar de su sabor plenamente. En este caso, es ideal acompañarlo de unos huevos cocidos (hay quien lo prefiere frito) o de unos buenos lomos de atún en conserva. Hay, quien por el contrario, prefiere tomarlo caliente. También lo puedes servir como guarnición de carnes o pescados. E incluso servirlo como tapita en una rebanada de buen y rico pan. 


El asadillo manchego es una receta tan sencilla que casi ni me atrevería a llamarla "receta". Aunque es una receta que no tiene truco alguno, estoy segura de que cada cual en su casa tendrá el suyo propio para darle ese toque que hace que la familia lo disfrute tanto. 


asadillo manchego


Ingredientes (4p)

  • 3 pimientos rojos grandes
  • 1 kg de tomates maduros
  • 1-2 dientes de ajo (según tamaño y gusto)
  • Comino molido (al gusto)
  • Sal común
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Para acompañar: huevos cocidos, atún en conserva, anchoas, caballa en conserva ...
Elaboración
  1. Precalentar el horno a 200ºC, con calor superior e inferior. Preparar una bandeja de horno amplia.
  2. Lavar y secar los pimientos y los tomates, y distribuirlos en la bandeja de horno. Embadurnarlos con aceite de oliva por todos lados, y en el caso de los tomates, pincharles con la punta de un cuchillo alrededor para evitar que con el calor del horno revienten. Introducir la bandeja en el horno y asarlos entre 45 y 60 minutos, dependiendo del horno, o hasta que la piel comienza a quemarse ligeramente. 
  3. Sacar la bandeja del horno y dejar atemperar para poder pelarlos.
  4. Pelar tanto los pimientos como los tomates. En el caso de los pimientos, asegúrate de retirarle de forma minuciosa las semillas y los filamentos interiores.
  5. Corta los pimientos en tiras y los tomates en dados.
  6. Calienta dos cucharadas de aceite de oliva en una sartén y añade los pimientos y los tomates. Sofríelos entre 4 y 5 minutos a fuego fuerte.
  7. Mientras tanto, pela los dientes de ajo y cháfalos (también puedes cortarlos en brunoise muy, muy fina). 
  8. Retira las hortalizas del fuego, adereza con los dientes de ajo, comino y sal al gusto, remueve y sírvelo en una fuente. 
  9. Vierte un chorrito de aceite por encima y sírvelos como más te guste.


Cocidodesopa en la revista Lecturas Cocina

cocidodesopa en lecturas cocina

Hola.

Tras unos meses sin actualizar el blog, vuelvo.

Sí. Vuelvo en verano, en pleno mes de julio, cuando media España está haciendo las maletas, pendientes de las noticias sobre el insufrible aumento de las incidencias por contagio de COVID, echando mascarillas y gel hidroalcohólico en la maleta, a la vez que las chanclas, el bañador, la toalla de la playa o las botas de montaña y cachivaches varios.

cocidodesopa en lecturas cocina

Tener más tiempo libre en verano ha sido el detonante que me ha impulsado a aparecer por aquí de nuevo, aunque hoy, querido seguidor, no traigo una receta.


¿Cómo? ¿Qué? ¿Es eso cierto? Meses esperando tu vuelta y nos dices que no nos traes nada para deleitarnos el paladar.

cocidodesopa en lecturas cocina

Siento decir que en esta ocasión no voy a deleitar tu paladar. Pero permíteme decirte que muy posiblemente sí que lo haré con tu vista. Y entenderás que no lo vaya a hacer cuando te cuente el motivo. Y es que tenía que dejar constancia gráfica de un gran acontecimiento para este blog: y es que la revista de cocina "Lecturas Cocina" publicó a finales del mes de mayo, en su número 134, un reportaje que incluía alguna de las muchísimas recetas que han visto la luz en este blog.

¡Ilusión extrema!

La aventura comenzó tal que un 19 de enero cuando la directora de la revista, Cristina Alvarez, me escribió un correo electrónico en el que me dice que me ha descubierto en internet, que le encanta mi cocina y que le gustaría publicar un reportaje de ocho páginas sobre el blog, Cocidodesopa. "¿Qué te parece la idea?", concluyó.

¿Os imagináis mi opinión, verdad? Ja ja ja.

cocidodesopa en lecturas cocina

A partir de ese momento el intercambio de correos fue incesante a la par que emocionante. No podía imaginarme cómo me sentiría cuando pudiera ver y tocar las ocho páginas que completarían el reportaje.

Y llegó el día. 20 de mayo. La emoción me embargaba. Pero tuve que esperar hasta la tarde para poder bajar a la papelería que hay en mi barrio para comprar la revista. Ahí estaba: en la estantería, en la sección de cocina. La localicé de inmediato. La cogí, la hojeé y en cuanto vi "mi reportaje" se dibujó una sonrisa en mis labios, me di media vuelta, la pagué y me fui a casa, desde donde compartí, henchida de alegría, la gran noticia que había mantenido en secreto con amigos y familiares.

cocidodesopa en lecturas cocina


No recuerdo que mis tiempos mozos existieran revistas exclusivamente dedicadas a la cocina, pero sí que publicaciones como "Mía", "Pronto", "Semana", "Lecturas" y "Hola" tuvieran una sección dedicada a ella. Muchas de esas revistas pasaron por casa de mis padres, y cuando me casé, me traje conmigo a mi nueva casa una carpeta azul de cartulina llena de recortes de recetas que iba guardando para hacer en alguna ocasión cuando estrenara mi nueva vida ;)


Me invade la nostalgia el pensar que lo mismo, de aquí a unos cuantos años, hay alguien que rescata de entre una caja de recortes, alguna de las recetas que han sido publicadas en el reportaje. ¿Quién sabe el futuro que le deparará a las publicaciones gráficas?


La respuesta es incierta. Pero lo que sí es una realidad es que guardaré como un tesoro la publicación número 134 de "Lecturas Cocina". Es mi "mini-libro".


Gracias, Lecturas Cocina, por darme la oportunidad de cobrar vida en formato papel.


P.S.:Y si tú, lector, seguidor, deseas hacerte con un ejemplar ... corre, vuela, que lo mismo todavía quedan en el kiosko :D

Bundt cake de coco, chocolate blanco y limón

Bundt cake de coco, chocolate blanco y limón


Bundt cake de coco, chocolate blanco y limón


En casa los fines de semana son días de cocina intensiva. Desde que el covid-19 nos recluyó forzosamente en nuestras casas y aprendí a hacer pan de masa madre (que por cierto, os debo la receta), raro, muy raro es el fin de semana en el que no cae una hogaza de pan, un bizcocho y las comidas del menú de toda la semana. Esto hace que el placer de cocinar sea tan efímero que se me haga muy difícil sentir el mensaje  que transmite aquella frase que dice "la cocina me relaja", especialmente cuando echo la vista al fregadero con toda la pila de menaje que he ido empleando y ensuciando para cada elaboración. ¡Suerte la de aquellos que tienen lavavajillas!


Pero tranquilo. No, no vamos a hablar de rutinas domésticas. Si has llegado hasta aquí, y me estás leyendo, tu mayor interés en estos momentos es que te hable sobre este bundt cake de coco, chocolate blanco y limón. ¡Pues vamos a ello!


Si me sigues desde hace tiempo y has leído alguna publicación anterior de bizcochos tipo bundt cake, sabrás que la mayor de mis referencias es el blog I love bundt cakes, de Bea. Todos los bizcochos son absolutamente infalibles.


La receta que te traigo hoy ha sufrido algún que otro retoque con respecto a la receta original que podrás leer aquí. Según he podido comprobar en diversas recetas en blogs norteamericanos, aunque el de Bea no es el caso, suele ser bastante habitual emplear extracto de vainilla en prácticamente todas las recetas de bizcochos. Me gusta el sabor a vainilla, pero me gusta emplearlo cuando quiero que su sabor gane protagonismo. En el caso de este bundt cake de coco y chocolate blanco, pensé que el sabor a limón podría encajar muy bien. Y además, como tenía unas pepitas de chocolate blanco, me dije que esta era una buena oportunidad para darles salida. Así que no me lo pensé dos veces. Y de decirte que la jugada me salió muy bien de no haber sido por un pequeño fallo en el desmoldado. Sí, cosas que pasan.


De este bizcocho me encanta la jugosidad y la humedad de la miga, un punto en el cual el coco rallado juega un papel primordial. El sabor a coco es muy sutil, así como el de el limón. Decorar el bizcocho con un glaseado de limón es una opción estupenda. Lo pensé, no creas. Pero al final aborté la misión, más que nada por pereza.


Y este es el resultado:


bundt cake de coco chocolate blanco y limón

Receta de Bundt cake de coco, chocolate blanco y limón


Ingredientes


Para un molde de 9 tazas

  • 110 gr de chocolate blanco
  • 110 gr de agua caliente
  • 200 gr de azúcar blanquilla
  • 200 gr de mantequilla a temperatura ambiente
  • 5 huevos tamaño "L"
  • 1 limón (ralladura y zumo)
  • 320 gr de harina de trigo corriente
  • 1 cdta de impulsor químico
  • 70 gr de coco rallado
  • 225 gr de buttermilk (225 gr de leche + 1 cda de zumo de limón)
  • Pepitas de chocolate blanco al gusto
  • Para decorar: azúcar glacé y escamas o láminas de coco tostado
Elaboración
  1. Precalentamos el horno a 180ºC, con calor superior e inferior. Engrasamos un molde. Reservamos.
  2. En un vaso ponemos la leche y la cucharada del zumo de limón para hacer el buttermilk, removemos y dejamos reposar 10 minutos. Notaremos que la leche se corta. No te preocupes por ello; es normal. 
  3. En un recipiente pequeño ponemos el chocolate troceado, vertemos el agua caliente encima y removemos para que se deshaga bien. Reservamos.
  4. En el vaso de un robot ponemos la mantequilla y el azúcar, y batimos hasta cremar.
  5. Añadimos los huevos, uno a uno, sin añadir el siguiente hasta que no se haya integrado el anterior.
  6. Agregamos el chocolate derretido, la ralladura y el zumo de limón. Batimos hasta incorporarlo.
  7. En un recipiente ponemos la harina, el impulsor y el coco rallado y lo mezclamos con unas varillas manuales.
  8. Ahora agregamos la mezcla de harina y el buttermilk en dos o tres veces alternando cada uno y mezclando lo justo tras cada adición.
  9. Añadimos las pepitas de chocolate blanco y mezclamos con una espátula.
  10. Vertemos la masa en el molde.
  11. Introducimos en el horno en una altura baja. Horneamos 50-60 minutos o hasta que al pinchar con un palillo este salga seco y sin restos de masa.
  12. Dejamos enfriar entre 10 y 15 minutos antes de desmoldarlo.
  13. Para servir, espolvoreamos azúcar glacé por encima y unas escamas de coco.

Hornazo de Salamanca

hornazo

Hornazo de Salamanca


Cuenta la tradición salmantina que allá por el siglo XVI el rey Felipe II, debido a la lujuriosa vida de la ciudad, dictó unas ordenanzas por las cuales las mujeres públicas debían ser trasladadas temporalmente al otro lado del río Tormes una vez llegada la Cuaresma. El lunes siguiente al lunes de Pascua, una semana después, y conocido como "Lunes de Aguas", las prostitutas regresaban a la ciudad acompañadas por el conocido como el "Padre Putas". 


Al otro lado del río se encontraban los jóvenes salmantinos para recibirlas, quienes les daban la bienvenida con baile, música y una merienda campestre. Era costumbre disfrutar de viandas como los bollos de leche y hornazo, del cual os presento hoy la receta. 


Hoy en día esta fiesta ha perdido su carácter inicial, pero sigue celebrándose con el entusiasmo propio de un gran evento, y los salmantinos se reúnen a la orilla del río o en el campo para comer el típico hornazo, que es el producto estrella de esta celebración. 


hornazo


El hornazo es una masa rellena de embutido de matanza como chorizo, lomo de cerdo adobado y jamón. Es costumbre de algunos de incluir huevo duro. Es un producto muy solicitado en comercios y pastelerías especializadas.


La elaboración del hornazo no es complicada, pues no requiere ni de grandes ingredientes, ni de largos tiempos de espera o de reposo de la masa. Para amasar no es imprescindible un robot de cocina o amasadora, aunque siempre ayuda, ya que la masa es muy manejable y agradable. Aún así, es importante seguir las indicaciones que os aconsejo unas líneas más abajo.


El hornazo es una elaboración rica y deliciosa. Hace las veces de un bocadillo bien completo y contundente, así que no está de más un paseíto como postre ;)


hornazo


Receta de Hornazo de Salamanca

Ingredientes (4-6 personas)

Masa

  • 500 gr de harina de trigo floja
  • 1/2 cdta de pimentón ahumado
  • 10 gr de sal común
  • 70 ml de aceite de oliva virgen extra
  • 70 ml de vino blanco seco
  • 125 ml de agua templada
  • 15 gr de levadura fresca de panadero
  • 1 huevo + 1 huevo batido para barnizar la masa
  • 70 gr de manteca de cerdo ibérica
Relleno
  • Longaniza de chorizo 
  • 4 filetes de lomo de cerdo ibérico
  • 4 lonchas de jamón serrano de 1/2 cm de grosor
Utensilios
  • Un rodillo cortador de rejilla
Elaboración
  1. Precalentamos el horno a 210ºC, con calor superior e inferior.
  2. Pesamos los ingredientes secos (harina, pimentón y sal) y reservamos.
  3. En el vaso de un robot de cocina ponemos los ingredientes líquidos: el aceite, el vino y el agua. Desmenuzamos la levadura fresca, añadimos el huevo y la manteca en trocitos. Batimos hasta que estén medianamente integrados.
  4. Agregamos los ingredientes secos y amasamos en torno a 5 minutos o hasta que la superficie de la masa quede suave, lisa y homogénea. Tapamos con un paño de algodón y dejamos reposar 5 minutos.
  5. Enharinamos la superficie de trabajo ligeramente, volcamos la masa, la boleamos y la cortamos en dos mitades. Boleamos cada una de ellas y las reservamos sobre la mesa y cubiertas con un paño durante 5 minutos para que la masa se relaje.
  6. Preparamos una bandeja de horno y la forramos con papel vegetal. Cogemos una de las porciones de masa y la estiramos con un rodillo hasta darle un grosor de medio centímetro y la forma deseada: redonda, cuadrada o rectangular. 
  7. Cortamos un trozo de longaniza de chorizo, le quitamos la piel que lo recubre y lo cortamos en lonchitas finas. Cubrimos con el chorizo la base de la masa. Por encima pondremos los filetes de lomo, y sobre estos, las lonchas de jamón serrano.
  8. Estiramos la otra mitad de la masa y cubrimos el relleno. Con la punta de un cuchillo bordeamos el relleno y guardamos los recortes. Pincelamos todo con huevo batido.
  9. Amasamos los recortes de masa para formar la rejilla que usaremos de decoración. Dejamos reposar cinco minutos, la estiramos y pasamos el rodillo de rejilla, asegurándonos de que a su paso forma los cortes propios. Con la ayuda de una espátula despegamos la masa y la trasladamos al hornazo, extendiéndola y estirándola para ajustarla a la superficie del hornazo. Volvemos a pincelar con huevo, asegurándonos de cubrir todos y cada uno de los huecos del dibujo que ha formado la rejilla.
  10. Introducimos el hornazo en el horno a media alturna y lo horneamos durante 25-30 minutos o hasta que quede muy dorado.
Receta adaptada de la receta de hornazo de la Escuela de Hostelería de Salamanca. 


Arroz con bacalao

arroz con bacalao


Arroz con bacalao


Llegando la Semana Santa, hay un producto estrella en las cocinas españolas: el bacalao. Son infinitas las formas en las cuales podemos elaborarlo, y no creo que me equivoque mucho al afirmar que muy posiblemente es el tipo de pescado que cuenta con el mayor repertorio de recetas.
En casa, más del  50% de quienes integramos esta familia sentimos debilidad por él, de forma que si te apetece darte una vuelta por el índice de recetas del blog, te darás cuenta de que son muchas las elaboraciones que hemos degustado a estas alturas. 

Pues hoy engroso esa extensa lista con una receta más cuyo nombre te puede incitar a tararear las notas de una famosa canción: "Sarandonga". Pues sí, amigos. Se trata del Arroz con bacalao, un plato que forma parte de la cocina española más tradicional.

El Arroz con bacalao es un plato espectacularmente sabroso. Para conseguir resultados magistrales en arroz es fundamental trabajar con una buena base, y esa buena base se la dará un sofrito de verduras y un caldo, un buen caldo. Todo ello hará que el resultado final sea un plato con un sabor potente y que anime a tus comensales a repetir, y ... ¿por qué no? A rechupetear el plato, je je je.

arroz con bacalao

Receta de Arroz con bacalao


Ingredientes (4p)
  • 330 gr de migas de bacalao salado
  • 270 gr de arroz bomba
  • 1 litro de caldo de pescado
    • Agua
    • 1 tomate
    • 1 zanahoria
    • 1 cebolla pequeña
    • 1/2 puerro
    • 1 diente de ajo
    • 1 espina de pescado (o restos de pescado que tengas)
  • 1/2 cebolla mediana
  • 1 diente de ajo
  • 1/2 pimiento rojo italiano
  • 1 tomate mediano
  • Unas hebras de azafrán
  • 1/2 cdta de pimentón ahumado
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal
Elaboración
  1. En la noche de víspera, lavamos las migas de bacalao bajo el agua del grifo para retirarles la sal, y después lo disponemos en un recipiente cubierto de agua, lo tapamos y lo reservamos en la nevera hasta la mañana siguiente, momento en el que lo escurriremos y lo lavaremos de nuevo bajo agua fresca. Reservamos. 
  2. En una olla calentamos una cucharada de aceite y doramos la espina de pescado, añadimos las verduras previamente troceadas, las sofreímos un par de minutos y las cubrimos con aproximadamente un litro y medio de agua. Llevamos a ebullición y dejamos cocer todos los ingredientes a fuego medio durante media hora. Desespumamos para retirar las impurezas a medida que van subiendo a la superficie.
  3. A continuación, pelamos la cebolla y la cortamos en brunoise muy fina. Cortamos el pimiento rojo en trocitos del mismo tamaño que la cebolla. Salamos. Pelamos el diente de ajo y lo picamos muy finamente.
  4. Preparamos una tartera amplia y tostamos unas hebras de azafrán, las retiramos para usarlas más tarde. 
  5. En esa misma tartera calentamos 3-4 cucharadas de aceite de oliva y sofreímos la cebolla y el pimiento rojo. Removemos con frecuencia y lo sofreímos a fuego suave hasta que la cebolla comience a transparentar. Añadimos el diente de ajo picadito y lo pochamos hasta que se ablande, sin dejar que se tueste. Este paso nos llevará unos cinco minutos.
  6. Incorporamos el arroz para sofreírlo un par de minutos. Removemos constantemente. 
  7. Añadimos el pimentón y removemos muy rápidamente para evitar que se queme. Agregamos el vino y el azafrán, removemos de nuevo y dejamos que se cocine el vino durante un par de minutos.
  8. A continuación agregamos el caldo de pescado, que habremos filtrado previamente. Lo cocinamos a fuego fuerte durante 3 minutos a partir de que rompa a hervir. Comprobamos el punto de sal y rectificamos si fuera necesario. Después bajamos la potencia del fuego a la mitad y lo cocinamos durante unos 10 minutos más. Repartimos las migas de bacalao por encima y lo cocinamos 4 minutos más. Apagamos, tapamos y cubrimos con un paño de algodón para que se termine de cocinar en reposo durante 5 minutos más.
  9. A la hora de servir, puedes espolvorearlo con unas hojas de perejil fresco picado y acompañarlo de all-i-oli.
Notas
  • Mientras se está cociendo el arroz no es conveniente removerlo con ninguna cuchara o cualquier otro utensilio. Te recomiendo mover la cazuela en círculos para no romperlo o deteriorarlo.




Risotto de alcachofas

risotto de alcachofas


Risotto de alcachofas


Es curioso cómo la naturaleza es capaz de adaptarse a la climatología propia de cada estación. El invierno, a pesar de sus duros e intensos fríos, también nos da una amplia variedad de frutos como repollo, brócoli, la coliflor,  coles de Bruselas, hinojo, espinacas, acelgas, caquis, naranjas, manzanas, granadas y un sinfín más.


Una de mis hortalizas favoritas es la alcachofa. Me gusta de múltiples formas: cocida, salteada, frita o asada, aunque mi favorita de todas, todas es confitada.

Mi propuesta de hoy es un risotto de alcachofas. Simple y llanamente. Lo único que puede resultar un poco más laborioso es limpiar  las alcachofas. Os diré que para mi no lo es como tal: despojar a las alcachofas de sus hojas y prepararlas para cocer es mi momento zen en la cocina, ja ja ja.

risotto de alcachofas


Receta de Risotto de alcachofas


Ingredientes (Para 4 personas)

  • 10 alcachofas
  • 70 gr de puerro limpio y cortado en brunoise fina
  • 320 gr de arroz arborio o carnoli
  • 1 vaso de vino blanco
  • 800 ml de caldo de verduras Aneto
  • El zumo y la ralladura de un limón
  • 12 hojas de hierbabuena fresca picada
  • Aceite de oliva virgen extra
  • 25 gr de mantequilla
  • Queso Parmesano rallado
  • Unas ramitas de perejil

Elaboración

  1. Preparamos un recipiente con agua fría, un par de ramitas de perejil y un cuarto de limón. En ese agua iremos reservando las alcachofas a medida que vayamos limpiándolas para evitar que se oxiden.
  2. Para limpiar las alcachofas, quitamos las hojas exteriores de color verde hasta llegar a las interiores, más amarillas y más tiernas. Cortamos una parte del extremo de la flor y también del tallo, dejando aproximadamente tres centímetros de este, y lo limpiamos. Cortamos la flor en cuatro cuartos, retiramos los pelillos que habitan en el corazón y los depositamos en el agua. Prepararemos de esta manera ocho de las diez alcachofas. 
  3. Limpiamos las dos alcachofas restantes siguiendo los pasos anteriores. Una vez limpias las vamos a laminar en rodajas de unos dos centímetros de grosor para freírlas y hacer chips de alcachofas.. Para ello, calentaremos abundante aceite en una sartén honda y las freiremos por tandas, retirándolas a un plato con papel de cocina a medida que se van dorando.
  4. Ponemos a calentar un cazo con agua y sal a fuego fuerte. Cuando el agua rompa a hervir, añadimos las alcachofas y dejamos cocer durante 10 minutos. Escurrimos y reservamos.
  5. Vertemos el caldo en un cazo y lo calentamos, o bien lo podemos poner a calentar en el microondas. Lo importante es que el caldo esté caliente para añadirlo al arroz.
  6. En una cazuela baja con fondo antiadherente ponemos dos cucharadas de aceite y sofreímos el puerro a fuego suave sin que llegue a dorarse.
  7. Agregamos el arroz y lo rehogamos hasta que veamos que el corazón comienza a ponerse blanco. Mientras tanto, removemos.
  8. Agregamos el vino y dejamos cocinar hasta evaporar su alcohol. A continuación, añadimos el caldo, a cucharones, y no añadimos el siguiente hasta  que el arroz no haya casi absorbido el anterior. Y proseguimos de esta manera durante unos 15 minutos. Es importante remover el arroz con frecuencia para ayudarle a soltar el almidón.
  9. Cuando se esté por consumir el último cazo de caldo, añadimos las alcachofas troceadas, la mantequilla, el zumo de limón, su ralladura, la hierbabuena y dos cucharadas de queso Parmesano. Mezclamos bien y tapamos con una tapadera y dejamos reposar cinco minutos.
  10. Para servir, ponemos un par de los chips de alcachofas por cada comensal, podemos espolvorear un poco de hierbabuena por encima, y acompañamos con más queso Parmesano para que cada comensal se sirva a su gusto.
Receta de Jamie Oliver en Jamie's Italy


Bundt cake de zanahoria, coco y avena

bundt cake de zanahoria coco y avena


Bundt cake de zanahoria, coco y avena

Mandan las costumbres que no se debiera salir de casa por la mañana sin haber desayunado. Hay quien llama a un café con leche un desayuno, los hay que necesitan hasta casi tres platos para satisfacer sus necesidades matutinas (aunque en España no es muy habitual que digamos) y los hay que se encuentran en el punto medio, y es ahí donde entran mis desayunos. 


En nuestra familia los desayunos se componen normalmente de un líquido, café, té o simplemente leche, y pan, una rebanada de un buen pan de masa madre o bien bizcocho, casero, siempre. Mi aventura con los bizcochos es una colección de innumerables capítulos. Siempre me gusta probar bizcochos nuevos con la excusa de utilizar mis moldes bundt de Nordicware, porque el 99% de las veces salen perfectos.


En el mundo de los bundt cakes tengo un referente infalible: I love bundt cakes, y que gestiona Bea, alguien a quien tengo mucho aprecio desde hace tiempos inmemorables. Además, es la coautora de un fantástico libro de recetas, todas dulces, y que responde al título de Dulces todo el año, libro que tengo en mi poder, y en el que tengo marcadas muchas recetas estupendas. Del blog de Bea, que bizcocho que hago, bizcocho que funciona. Este es el caso del último que ha salido de mi horno: bundt cake de zanahoria, coco y avena


He hecho un par de cambios a la receta de Bea. Por un lado, la harina, que no es de trigo integral, sino corriente. Por otro lado empleé leche de coco por bebida de avena, que aunque tengo en casa, porque es la que consumo habitualmente, quería dar salida a media lata que me había sobrado de otra elaboración. Y por último añadí media cucharadita de canela. Y entre unas cosas y otras, así de lustroso, bonito y rico me quedó:

bundt cake de zanahoria coco y avena


Receta de Bundt cake de zanahoria, coco y avena

Ingredientes 

Para un bundt cake de 9 tazas
  • 400 gr de harina de trigo corriente
  • 1 cdta de bicarbonato
  • 3/4 cdta de sal común
  • 1/2 cdta de canela en polvo
  • 3 huevos tamaño "L"
  • 250 gr de azúcar blanquilla
  • 1 cda de extracto de vainilla
  • 300 ml de aceite de oliva de la variedad Arbequina
  • 125 ml de leche de coco "light"
  • 75 gr de coco rallado
  • 2 cdas de copos de avena
  • 150 gr de zanahoria pelada y rallada

Elaboración

  1. Precalentamos el horno a 180ºC, con calor superior e inferior.
  2. Engrasamos un molde bundt cake y con una brocha pincelamos su interior siguiendo las líneas decorativas del molde.
  3. En un bol tamizamos la harina, el bicarbonato, la sal y la canela. Reservamos.
  4. En una jarra mezclamos el aceite y la leche de coco. Reservamos.
  5. Blanqueamos los huevos con el azúcar durante unos 5 minutos para que queden espumosos. 
  6. Agregamos el extracto de vainilla. Mezclamos.
  7. Incorporamos la harina tamizada, el coco rallado y los copos de avena alternándolos con los ingredientes líquidos (el aceite y la leche). Los ingredientes secos en tres tandas y los ingredientes líquidos en dos tandas. Mezclamos tras añadir cada tanda.
  8. Por último, agregamos la zanahoria rallada y mezclamos con una espátula para integrarla bien en la masa.
  9. Repartimos la mezcla en el molde dejando caer la masa por un lado y dejando que se reparta ella sola por el resto del molde. Antes de introducirlo en el horno, y para asegurarnos de que no quedan burbujas de aire, colocamos un paño de algodón en la encimera y golpeamos suavemente el molde.
  10. Lo horneamos entre 55 y 65 minutos o hasta que al pincharlo con un palillo este sale seco.
  11. Sacamos el bizcocho del horno y lo dejamos reposar sobre una rejilla durante 10 minutos. Transcurrido este tiempo, lo desmoldamos.

Calabaza asada con especias

calabaza asada con especias

Calabaza asada con especias

Hace unas semanas estuve en un mercado de productos locales de Madrid y una de las muchas compras que hice fue una calabaza. Uno de los motivos por los que me gusta visitar este tipo de mercados es porque ponen a tu alcance una gran variedad de productos que al menos yo, en mi mercado habitual, no encuentro con tanta facilidad. 


Hablado con el dueño del puesto en el que paré sobre qué tipo de calabaza era más recomendable para asar, me dijo que la una de las mejores es la calabaza castaña, conocida también como potimarrón, aunque como no le quedaba ninguna, echó mano a un cesto enorme de la que sacó una calabaza de color naranja pardusco a cuya piel todavía quedaban adheridos algunos restos de tierra, lo cual no la hacía especialmente atractiva. Me dijo: "Esta calabaza te va a encantar; a nosotros nos encanta con un poquito de canela y azúcar". Abrí la bolsa de la compra, el vendedor echó la calabaza dentro y seguimos con nuestras compras. Por cierto, que la calabaza que compré, enorme, por cierto, descubrí llamarse "cucurbita máxima".


Mi cabeza le daba vueltas a la recomendación que mi había hecho el verdulero: "asarla con canela y azúcar". ¡Madre mía! Eso debe estar de muerte. Y la idea me daba vueltas y vueltas en la cabeza. En casa nos encantan las especias, e imaginé asar esa calabaza sazonándola con las típicas especias que se emplean para hacer las clásicas galletas gingerbread: jengibre, clavo, nuez moscada, cardamomo, pimienta y canela. 

calabaza asada con especias

Receta de calabaza asada con especias

Ingredientes

  • 1 calabaza de aproximadamente 2 kilos
  • 1/4 cdta de clavo en polvo
  • 1 cda canela
  • 1/2 cdta de nuez moscada
  • 2 cdas de azúcar moreno
  • 4 cdas de aceite de oliva
  • Sal y pimienta molida al gusto

Elaboración

  1. Encendemos el horno a 200ºC, con calor superior e inferior. Preparamos una bandeja de horno, forrándola con papel vegetal. Reservamos.
  2. En un recipiente pequeño mezclamos las especias con la sal. Reservamos.
  3. Lavamos y secamos la calabaza. La cortamos por la mitad, le despojamos de las pipas y de las fibras del interior y la cortamos en rodajas de aproximadamente 1 centímetro de grosor.
  4. Distribuímos la calabaza en la bandeja, la espolvoreamos con las especias y vertemos el aceite por encima. 
  5. Introducimos la bandeja en el horno en una altura superior. Horneamos la calabaza entre 20 y 25 minutos, dependiendo del grosor de las rodajas. Volteamos la calabaza a mitad de la cocción.
  6. Para servir, la podemos comer tal cual, acompañarla de nata agria espesa o servirla en ensalada.