Requesón casero

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Seguro que no me equivoco en decir que todos almacenamos en nuestra memoria muchos recuerdos de infancia. En ocasiones nos llegan como un flash, nos llegan espontáneamente, como un recuerdo que  parece que teníamos olvidado entre otros muchos recuerdos y que de forma casual ... ¡chas!, reaparece. Pero en otras ocasiones, la rutina de ciertas costumbres hacen que esos recuerdos permanezcan de forma perenne entre nosotros, ¡y menos mal! Porque a medida que una se va haciendo mayor, la carga de responsabilidades es tan grande, que parece que el hueco que los recuerdos tiene reservado entre nuestras neuronas, se va achicando más y más. ¿No os pasa?

Hay muchas cosas que no recuerdo de mi infancia, ¡y con lo joven que soy! (ejem, ejem), pero justamente hay un gesto que mi madre hizo cotidiano todos los viernes y que tengo bien guardado. Ella, como muchos de nosotros seguramente, aprovechábamos los viernes para hacer la compra, y así tener la nevera bien surtida para el fin de semana y todos los días posteriores. En su lista de la compra de todos los viernes, el requesón ocupaba una de las líneas. No era nada normal encontrarlo  envasado tal cual lo venden hoy en los lineales de los supermercados. Años atrás, lo vendían a granel en la charcutería y pedías la cantidad que se te antojara o necesitaras. 

Ella llegaba a casa, desenvolvía el requesón, lo depositaba en una fuente, lo aplastaba, lo endulzaba, y lo guardaba en la nevera. A mi me gustaba mucho particularmente con azúcar. Hay quien prefiere miel, pero la encuentro más difícil para repartirse entre el requesón; no lo mismo que la mermelada. 

Podría haber heredado esa costumbre, y comprar requesón todos los viernes, puesto que el requesón es un lácteo que me gusta mucho. Pero sin embargo, no lo hago con la misma regularidad. Y aunque lo adquiero de vez en cuando, no siempre hay en casa. Y justamente, un día, ante la necesidad me vi de tenerlo para elaborar una receta, y antes de bajar al super a comprarlo, me decidí a indagar y a hacerlo en casa.

Una de las mejores cosas que tiene el hacer tu propio requesón en casa, aparte de la satisfacción propia de haber hecho algo artesanal con tus propias manos, es que puedes ajustar el punto de cremosidad a tu gusto. Si lo quieres más cremoso, necesita menos tiempo de reposo; y todo lo contrario si te gusta más sequito. Y te puedo asegurar que una vez que caigas en el acierto de hacerlo, estarás deseando volver a hacerlo de nuevo. ¡Palabrita!

En media hora tienes requesón casero en tu cocina. ¿Cómo? Ahí va la explicación:

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Ingredientes

Para una ración de unos 85 gramos, necesitamos:
  • 450 ml de leche entera
  • Una pizca de sal
  • 2 cdas de zumo de limón libre de pulpa, o la misma cantidad de vinagre blanco
Además
  • Un colador de malla
  • Tela fina de gasa
  • Un termómetro de cocina
Elaboración
  1. En un cazo ponemos la leche y la sal, removemos, ponemos el termómetro de cocina en su interior para controlar la temperatura, y lo calentamos a fuego muy suave sin perderlo de vista.
  2. En el momento en el que la leche llegue a los 85ºC, añadimos el zumo de limón, mezclamos bien y retiramos del fuego. Dejamos reposar diez minutos. Inmediatamente veremos cuál es el efecto del ácido: la leche se corta y se transforma en pequeños grumos.
  3. Mientras tanto, preparamos un recipiente con el colador y sobre esta la tela de gasa.
  4. Vertemos la leche sobre la gasa y dejamos que escurra. El tiempo dependerá de lo cremoso que a ti te guste, así que nadie mejor que tú para controlarlo y adaptarlo a tus gustos. En el colador tendremos nuestro requesón casero, y el líquido que habrá escurrido es suero.
Notas y consejos
  • El suero resultante podemos emplearlo como si fuera buttermilk para elaboraciones de repostería. Si no tenemos previsto usarlo inmediatamente, podemos congelarlo.
  • Para consumir el requesón, puesto que es fresco, conviene consumirlo en el día o dejar pasar 24 horas como máximo. Podemos endulzarlo con azúcar, con miel, mermelada; acompañarlo con cereales, semillas frutas, frutos secos ... con tantos ingredientes como os inspire la imaginación y os guíen vuestros gustos.


3 comentarios:

  1. Eso de hacer queso casero es un puntazo, yo una vez lo probé pero no me salió como deseaba, seguiré intentado porque quien la sigue la consigue, no? Besos!

    Ana

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  2. Me encanta el requesón!!! Mi madre era de las que lo vendía a trozos y realmente estaba buenísimo, este tuyo tiene muy buena pinta, lo probaré. Bss.

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  3. A mí me encanta hacerlo, o sea que te entiendo perfectamente :)
    besos

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