Colcannon { Receta típica irlandesa }
A estas alturas de nuestra historia, nadie hace una mueca por desconocimiento cuando oye la palabra 'Halloween', esa festividad de raíces celtas que en sus orígenes celebraba la llegada de los espíritus de los seres queridos en la noche del 31 de octubre, All Hallows' eve, la noche de todos los santos.
Es por ello que ante la llegada de esta fecha, lo que directamente más asociamos con ella son motivos relacionados con lo sobrenatural, con los espíritus, con el terror, lo macabro y la muerte. En lo culinario el tema ha ido cobrando cierta gracia, pues es inmenso el ingenio de muchos para elaborar recetas con tintes "halloweenianos" pero que distan mucho de infundir miedo y que rayan más bien en lo simpático, divertido y gracioso. Todos habréis visto por la red dedos de bruja que son galleta, ojos ensangrentados que son huevos de codorniz con ketchup, cerebros hechos de gelatina, e infinidad de ideas más.
Hoy mi cocina os invita a disfrutar de una receta típica de Halloween: Colcannon. No tiene nada que ver con motivos misteriosos, terroríficos, fantasmagóricos o del estilo, pero sí era un plato para disfrutar en una festividad celta tan arraigada en un país como Irlanda, donde se encuentran sus raíces, y seguro que esto es una sorpresa para muchos.
He de deciros que alrededor de esta antigua tradición vuelan ciertos aires de superstición, ya que el colcannon esconde ciertos elementos con los que predecir el futuro.
He de deciros que alrededor de esta antigua tradición vuelan ciertos aires de superstición, ya que el colcannon esconde ciertos elementos con los que predecir el futuro.
La tradición cuenta que tiempo atrás, se vendaban los ojos a una mujer soltera para que escogiera un repollo de los sembrados en un huerto. Con este repollo se elaboraría colcannon, en el cual se escondería un anillo. La mujer que lo encontrara, sería la próxima en casarse. También cuenta la tradición que aquella mujer casadera con deseos de casarse, habría de guardar la primera y la última cucharada de colcannon en un calcetín y colgarlo en la puerta de entrada a la casa; el primer hombre soltero que la atravesara, sería quien se casara con la joven. Hay quien escondía una moneda, símbolo de riqueza, y de la que podría disfrutar quien se encontrara con una en su interior. Pero quienes encuentren un botón o un dedal de la joven en cuestión, pasaría solo el resto de sus días.
En Irlanda, uno de los símbolos de la fidelidad, y no solo el amor, sino también de la amistad, es el anillo conocido como claddagh. Dos manos sostienen un corazón. Si el anillo se lleva en la mano izquierda, con la punta del corazón hacia el interior, señala el corazón de quien lo lleva y manda señales de que ese corazón está ocupado. Sin embargo, si se lleva en el dedo derecho, y la punta del corazón señala hacia fuera, hemos de interpretarlo como que la persona que lo lleva busca quien ocupe su corazón. Y si no hay interés alguno por encontrar un corazón que le corresponda, el anillo se llevará en un dedo de la mano derecha con la punta hacia dentro.
En Irlanda, uno de los símbolos de la fidelidad, y no solo el amor, sino también de la amistad, es el anillo conocido como claddagh. Dos manos sostienen un corazón. Si el anillo se lleva en la mano izquierda, con la punta del corazón hacia el interior, señala el corazón de quien lo lleva y manda señales de que ese corazón está ocupado. Sin embargo, si se lleva en el dedo derecho, y la punta del corazón señala hacia fuera, hemos de interpretarlo como que la persona que lo lleva busca quien ocupe su corazón. Y si no hay interés alguno por encontrar un corazón que le corresponda, el anillo se llevará en un dedo de la mano derecha con la punta hacia dentro.
¿Pero quién necesita tener un huerto con repollos para casarse? ¿O almacenar restos de comida en un calcetín para lograr el amor deseado? ¿O quién estaría dispuesto a sufrir un atragantamiento por ingerir un anillo, un botón o un dedal, por muy amada que sea la doncella? Hoy en día, para alivio de médicos especialistas en atragantamientos, esta tradición se está perdiendo ;)
Ya sé que para muchos el repollo no presenta ningún atractivo. El olor que desprende en su cocción no le hace ganar adeptos fácilmente. Pero creedme si os digo que en esta receta, el repollo gana tal cremosidad y suavidad por efecto de la leche y de la mantequilla, que sentirlo en la boca os resultará de lo más agradable y os olvidaréis del olor que os haya dejado como recuerdo en vuestras cocinas. Yo apostaría por decir que es la receta ideal para iniciarse en él.
Esta receta admite variantes: hay quien añade bacon, aunque yo no lo he hecho; hay quien añade chalota, cebolleta o puerro, en crudo o sofrita, o directamente no añade ninguna de ellas, pero sin embargo creo que le aporta un rico sabor. En Irlanda, y en muchos otros países, se puede encontrar una verdura familia del repollo y que hoy en día está muy de moda en el mundo gastronómico: el kale, de color verde intenso y de hojas muy rizadas y largas, y de un sabor muy marcado. El kale necesita muy poco tiempo de cocción, entre tres y cinco minutos, lo cual acorta el tiempo de elaboración.
Y ahora sí que sí. Os explico cómo elaborar un típico Colcannon irlandés:
Ingredientes (Para 4 personas)
- 4 patatas de tamaño mediano
- 500 gr de repollo limpio
- 5-6 cdas de mantequilla sin sal
- Medio puerro
- 250 ml de leche o de nata para cocinar
- Sal
- Pimienta
- Nuez moscada
- Cebollino para decorar (opcional)
Elaboración
- Pelamos las patatas, las ponemos en una cazuela con agua con sal que las cubra. Llevamos a ebullición y las cocemos entre 15 y 20 minutos, dependiendo de la patata. Una vez cocidas, las escurrimos y las aplastamos con un aplasta patatas. Reservamos.
- Mientras tanto preparamos el repollo. Quitamos todas las hojas exteriores que estén sucias, cortamos el repollo en cuatro cuartos, le quitamos el corazón y cortamos cada cuarto en tiras de un centímetro de grosor. Lo lavamos bien.
- En una cazuela amplia, u olla a presión, ponemos agua con sal a cocer. Una vez que llegue a bullir, sumergimos el repollo y lo cocemos. En el caso de la olla a presión express, bastan veinticinco minutos. En el caso de una cazuela, sería el doble de tiempo. El repollo ha de quedar tierno. Escurrimos y aplastamos un poco para que elimine el exceso de agua de la cocción.
- En una cazuela ponemos una cucharada de mantequilla y sofreímos el puerro cortado transversalmente en tiras de unos dos milímetros de ancho. Cuando se haya ablandado, añadimos la patata, la leche - o nata -, una cucharada más de mantequilla y sazonamos con pimienta molida y nuez moscada. Y a continuación el repollo. Mezclamos todo el conjunto.
- Para servir, disponemos de la cantidad necesaria para cada comensal, hacemos un pequeño hueco en el centro y ponemos una nuez de mantequilla para que se derrita con el calor. Espolvoreamos con un poco de cebollino picado.
Visto en Irish Central, con alguna variación.
Mi querida amiga, me ha encantado la receta, pero tambien he disfrutado mucho leyendo todas esas imteresantes historias. Mil besicos cielo
ResponderEliminarQue historia tan interesante, no tenia ni idea, ni de la historia ni de la receta, pero la probare, biquiños.
ResponderEliminarNo conocía esta receta y me parece genial que la publiques y además nos cuentes un poquito de su historia. Sin duda, es una entrada muy interesante: la explicación y la receta tan bien narradas, la magnífica fotografía... Intentaré pasar más a menudo por aquí porque esta receta me ha encantado.
ResponderEliminarEn mi blog he publicado una receta y me encantaría que pasaras a echarle un vistazo, si tienes un hueco y te apetece.
Un beso,
Adrián – www.dulceriasconsorpresa.com
Que bien, querida Yolanda que nos has traído recetas de Irlanda... ya tenía yo ganas. Además con tantos datos que me gustan mucho. Recuerdo que Vivi en mi concurso con la peli Un hombre tranquilo hizo esta receta...pero hoy, quizás porque hace ya fresquito y apetecen estos platos, me está entrando con más ganas. Además, soy amante de la col, de mayor, por cierto, porque de joven no la soportaba...y ahora no paso una semana sin ella.
ResponderEliminarAsí que, tomo noto de tu receta, que probaré en breve...y aunque no quiera casarme próximamente, si que tendré en cuenta alguna de estas tradiciones, porque estas cosas me gustan.
Besos y gracias!
Yo reconozco que la col no es de mis hortalizas favoritas pero hice ese plato en una ocasión y me ha encantado conocer lo que se escondía detrás, un plato para repetir. Besos.
ResponderEliminarQuerida Yolanda, soy cero hallowaniana, la receta que nos traes me parece una delicia, incluyendo el olor, me fascina el repolllo, la coliflor, las coles de bruselas, y tu receta aún más, este mes andamos por Irlanda , jejej, bsss
ResponderEliminarQue historias mas interesantes nos cuentas, me encanta aprender tambien atraves de las recetas y de tradiciones de otros paises!
ResponderEliminarYo si lo como porque me gusta aunque tenga pocos adeptos y sobretodo me gusta rehogarlo con bacon, le da un saborcito bien rico!!!
Estupenda receta guapa!
besos mil