Bolitas energéticas de cacao y manteca de cacahuete {sin horno}
Hace unas semanas, lo que en principio parecía una incipiente afonía derivó en una una incómoda laringitis me aisló del mundo laboral y también del mundo social. Mi herramienta de trabajo es la voz. Así que de la misma manera que un cantante tendría que suspender su gira de actuaciones al encontrarse en mi misma situación, ahí me veis a mi, teniendo que suspender mis clases, para alegría de algún que otro alumno, por no hablar de la alegría de alguna que otra persona más allegada a la familia que gozó de las circunstancias por no tener a nadie que les diera la brasa con sus palabrerías, conversaciones, sermones y charlas. ¡Ten familia para esto! Ja ja ja.
Hablar es innato en el ser humano. Supone un acto de expresión que quien no acostumbra a hacerlo de otra manera, hace que termine en tensión y con cierta angustia. No poder hablar cuando se desea y cuanto se desea tiene lo suyo, eh. Y que me perdonen quienes sufren o padecen males mayores y no precisamente pasajeros, como era mi caso, que no es mi intención la de hacerme ver como la mayor de las víctimas de una incomodidad como la de no poder hablar circunstancialmente. Estas palabras no expresan ninguna queja. La intención que tienen es hacer ver cómo un pequeño detalle nos puede hacer cambiar nuestro estado de humor.
Y mira por donde que quien tuvo la culpa de este cambio de humor fue Chocolates Valor. Ese mensajero que llama a tu casa un viernes por la tarde, que llama al portero y que parece que no llega nunca porque puede que se haya equivocado y que lo que iba a ser para ti acabe en manos del vecino incorrecto, se convierte en un sinvivir. Hasta que finalmente ... ¡ding dong! ... ahí está. Es para mi. Sí. Y viene de Chocolates Valor. ¡Qué suerte la mía!
El poder estimulante que tiene el chocolate, pocos otros productos lo tienen. Y a lo que mayormente me estimuló en principio fue para pensar qué receta elaborar con el bote de cacao en polvo sin azúcar que tenía como nuevo inquilino en mi despensa.
Y la solución ... unas Bolitas energéticas de cacao y manteca de cacahuete que se trabajan con la misma facilidad con la que se juega con plastilina y cuya novedad es que no se cuecen en el horno. ¿Te lo puedes creer? Con lo cual, en quince minutos te puedes dar un capricho super reconstituyente que además me vino de perlas en los días posteriores, porque uno de los efectos secundarios de la medicación que me recomendó mi doctora para tratarme la laringitis, traían consigo un considerable cansancio físico.
¿Qué? ¿Deseando saber cómo se elaboran estas Bolitas energéticas de cacao y manteca de cacahuete?
Ingredientes
- 80 gr. de copos de avena
- 60 gr. de coco deshidratado
- 125 gr. de manteca de cacahuete
- 115 gr. de miel
- 30 gr. de cacao puro en polvo sin azúcar Valor
- 1 cda. de semillas chia
- 1 cdta. de extracto de vainilla
Elaboración
- Mezclar todos los ingredientes en un recipiente amplio o en un robot de cocina. Envolver en un trozo de film transparente moldeando la masa en forma de cilindro. Reservar en la nevera durante una hora.
- Sacar la masa de la nevera y cortar pequeñas porciones para formar bolitas de un tamaño un poco más pequeño que el de una nuez.
- Conservar en una lata de metal protegida con papel de cocina.
Visto en Gimme some oven
Oye, yo no tengo mantequilla de cacahuete pero si algo que le puede venir de maravilla en su lugar: crema de speculoos. Ya me veo disfrutando de este bocadito con mi café de sobremesa. Y todo gracias a tu laringitis aguda jajaja. No hay mal que por bien no venga, eso dice el refrán ¿no? Y no soy yo quien lo discutirá. Amén.
ResponderEliminarP.D. Que nuestros males sean siempre pasajeros, querida. Muac!
Odio cuando me quedo afónica, jeje, con lo que me gusta hablar ;). Estas bolitas deben estar de vicio, menuda tentación. Un beso!
ResponderEliminarwww.laurillafondant.blogspot.com