Tarta de queso con moras sin horno

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Historia de un asalto

No fue accidental, no. El plan fue premeditado. 

Teníamos que llevar un cestito, cual Caperucita Roja, para ir reservando el botín del día. 

Necesitábamos pantalones largos, que nos protegieran las piernas. ¡No podíamos permitir que ellas,  lustrosas, sufrieran un ápice! Y estábamos muy expuestas al daño.

No íbamos a ponernos guantes, no. Pero ya tenemos pensado ir aprendiendo a hacer calceta para tejernos unos guantes que nos tapen hasta los codos para la próxima vez.

¿Gorro o sombrero? No. Iremos por la sombra, resguardadas, para que nadie siga nuestros pasos.

Mi compañera en la pericia, experta asaltadora de matas y zarzas: Carmen Tía Alia

Los caminos eran nuestros, los pasos nos llevaban solos. Brillantes y jugosos frutos colgaban de sus ramas. Las víctimas nos estaban esperando. Y nosotras, las asaltamatas, preparadas para el golpe.

Mi botín: 1,200 kilos de moras. El de ella, a la par.

Con este botín teníamos para meternos en la cocina y hacer que esas moras pasaran a mejor vida.

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Las moras, este preciado fruto que nace silvestre en zarzas, a lo largo de los caminos, de carreteras, en el monte, se convirtieron en mi musa inspiradora para elaborar, entre otras recetas que verán la luz el verano de 2017, esta Tarta de queso con moras sin horno en tres capas.

Me encantan los frutos rojos. Me encantan las moras, pero no sabría decirte si me gusta más cogerlas o comerlas.

Soy una enamorada de las tartas de queso; son mis tartas favoritas, y aunque las prefiero al horno, esta Tarta de queso con moras es de lo más rico que he comido en en tartas de queso sin horno en mucho tiempo. La conjunción perfecta. Y lo mismo hasta para ti también. 

Por cierto, espero que estés ahí después de dos meses que me he tomado de asueto del blog. En este tiempo han pasado cosas muy buenas, cosas buenas y alguna demasiado triste y desoladora que hace que un trocito de su corazón se apague.

Siempre me suele pasar por estas fechas, me cuesta arrancar el blog; el calor es mi gran desmotivador. Pero una vez que arranque, a ver quién es el fuerte que me para ;) ¡Y ya estoy aquí!

Ahora sí. Ahora te cuento cómo elaborar esta Tarta de queso con moras sin horno y en tres capas.

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Cómo hacer Tarta de queso con moras sin horno y a capas



Ingredientes (Para un molde desmontable de 18 cm de diámetro)

Para la base

  • 165gr de galletas caramelizadas Lotus
  • 65gr de mantequilla sin sal
Para la tarta de queso con moras
  • 200 gr de moras frescas
  • 2 cdas de azúcar granulado
  • 1 cdta de zumo de limón
  • 80gr de agua
  • 475gr de queso crema (tipo Philadelphia)
  • 125gr de yogur griego sin azúcar
  • 100gr de azúcar granulado
  • 2 cdas de zumo de limón
  • Ralladura de medio limón
  • 7 hojas de gelatina (11 gramos)
  • 5 cdas de leche
Además
  • Un molde desmontable de 18 centímetros de diámetro
  • Moras y frambuesas para decorar (opcional)
  • Hojas de menta o hierbabuena fresca (opcional)
Elaboración
  1. Para la base: molemos las galletas aplastándolas dentro de una bolsa con cierre hermético hasta que queden hechas migas. Las vertemos en un bol y añadimos la mantequilla derretida. Mezclamos bien. Forramos la base y las paredes de un molde desmontable de 18 centímetros de diámetro con papel vegetal. Disponemos la galleta molida, la repartimos por la base y compactamos. Reservamos en la nevera mientras preparamos la tarta.
  2. Lavamos las moras bajo el chorro de agua del grifo, las dejamos escurrir y finalmente las secamos suavemente con papel de cocina.
  3. Para hacer la capa de moras, primeramente haremos un almíbar de moras. Ponemos a cocer los 200 gramos de moras, las 2 cucharadas de azúcar, la cucharada de zumo de limón y el agua. Aplastamos con una cuchara o similar mientras se va calentando y cocinamos durante 10 minutos. Colamos para separar las moras del almíbar que se habrá formado y dividimos el almíbar en dos recipientes distintos. Reservamos.
  4. En un recipiente amplio ponemos el queso, el yogur, los 100 gramos de azúcar, el zumo y la ralladura de limón y batimos hasta que quede una crema suave. Repartimos la mezcla en tres recipientes más pequeños del mismo tamaño.
  5. En un recipiente ponemos tres hojas de gelatina en remojo en agua durante cinco minutos. Tras ese tiempo, escurrimos y añadimos la gelatina a uno de los recipientes que contiene el almíbar de moras. Si el almíbar no está caliente, lo calentamos, pero sin que llegue a hervir. Removemos la gelatina en el almíbar para que no queden grumos, añadimos las moras, y a su vez todo este conjunto a uno de los recipientes con el queso. Damos ligeros golpes para asentar la mezcla y refrigeramos durante 45 minutos.
  6. Ponemos otras dos hojas de gelatina en remojo en agua durante cinco minutos. Calentamos, sin que llegue a hervir, la otra parte de almíbar de mora y añadimos las hojas de gelatina escurrida. Mezclamos muy bien y vertemos en el segundo recipiente con el queso. Vertemos todo sobre la capa de moras. Refrigeramos de nuevo la tarta durante 45 minutos. 
  7. Por último, ponemos otras dos hojas de gelatina en remojo en agua durante cinco minutos. Calentamos, sin que llegue a hervir, las cinco cucharadas de leche y añadimos las hojas de gelatina escurrida. Mezclamos muy bien y vertemos en el segundo recipiente con el queso. Vertemos todo sobre la capa de moras. Refrigeramos de nuevo la tarta durante al menos diez horas para que solidifique perfectamente.
  8. Decoramos la tarta a nuestro gusto antes de llevarla a la mesa y servirla.
Notas y consejos
  • Lo realmente bonito y visual de esta tarta es el corte a capas. Para que te quede perfecto, humedece la hoja de un cuchillo cada vez que des un corte a la tarta. Esto impedirá que el cuchillo se manche y que ensucie las capas de la tarta.



12 comentarios:

  1. Me alegro de que hayas vuelto y encima con esa recetaza, jajajaja
    Un saludo

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  2. Bienvenida! A mi las moras no me gustan, pero me encanta cogerlas y como vivo en el campo no tengo que alejarme nada para encontrarlas. Qué guantes ni nada, a pelo, jeje. Ese corte está para ponerle un monumento! Besiños.

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  3. Adoro cheesecake e adoro amoras, ficou maravilhoso.
    Boa semana

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  4. Tiene una pinta estupenda. Se ve buenísima, ahora mismo me llevaba una porción.
    Este año aún no hemos cogido moras más que para comer unas pocas. No sé si este tiempo raro nos dejará como otras veces para hacer mermelada y congelar.
    Besos.
    Marhya (enmilbatallas.com)

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  5. Madre mia que pinta¡¡¡¡ se me hace la boca agua, besos

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  6. Holaaaaa, yo si que estoy aquiiii y quiero mi porcion..tremenda pinta Yolanda, me encanta
    Bss

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  7. Lo más bonito de comer moras es ir a buscarlas. Y si es en buena compañía, mejor. Y con semejante botín, la felicidad es absoluta!! Y la tarta... de desmayo!!! Vaya pinta más deliciosa que tiene. Besitos!

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  8. UMMMMMMMMMMMMM que buena pinta, se me hace la boca agua.

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  9. Yo soy una privilegiada. Los padres del vikingo viven en un sitio con zarzas... dentro de su jardín! Así que he pasado de asaltadora de caminos a recolectora aburguesada, lo cual, a decir verdad, es muuuuucho más cómodo, aunque tenga que pagar algún peaje en forma de pastel de moras :)

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  10. Una forma estupenda de regresar. Le tengo echado el ojo a una zarza cargada de moras, aún no están maduras del todo pero el día que lo estén ¡me voy cargadita a casa! y te copio la receta seguro

    ¡Besos mil!

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  11. Muy buena pinta, y muchas gracias por compartir, pero resulta un poco liosa la explicación de la elaboración. Nosotros la hemos hacho con algo de elaboración propia ;)

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