PANECILLOS DE CHAPATA {RETO BAKE THE WORLD}
Hoy, 16 de octubre de 2012, es el Día Internacional del Pan, y hoy mismo es el día en el que los escaparates de unos cuantos blogs que compartimos el reto panero organizado por
Bake the World exhiben sus chapatas.
El Día Internacional del Pan es un evento que partió de la
Federación Internacional del Pan y que pretende difundir el consumo de pan, un alimento que nos acompaña desde la prehistoria. Contrariamente a lo que se cree, y de acuerdo a estudios realizados por la
Fundación para la Investigación Nutricional, el pan no engorda. El resultado de estos estudios demuestran que una dieta rica en pan, especialmente integral, ayudan a disminuir peso gracias a la presencia de las fibras que aportan los mismos cereales. Igualmente, hace un tiempo escuché a nutricionista comentar en un programa de televisión que la miga de pan no engorda tanto como se piensa, y que el aporte calórico de la corteza es mayor por su escasa presencia de agua; lo cual nos hace deducir que a mayor cantidad de agua, menor aporte calórico.
Para el mes de octubre, el reto de
Bake the World consistía en elaborar una
ciabatta, o chapata en castellano. Me hizo mucha ilusión recibir este reto como noticia porque la chapata es un pan que me encanta.
Pero lo que tengo que clamar a los cuatro vientos es que estoy muy, pero que muy satisfecha con el resultado de los panecillos de chapata que he hecho para participar en el reto. Son absolutamente fantásticos. Con una corteza moderadamente crujiente en su exterior y una miga alveolada, húmeda, suavemente masticable. Rico por si solo, pero con un chorrito de aceite al ajo o a la cayena, o con aceite y azúcar para desayunar, está de muerte.
También tengo que decir que empleé masa madre para su elaboración, algo que le da un punto que no se consigue con la levadura de panadero. Congelan de maravilla. Precisamente hice este pan en versión panecillos porque hay ocasiones en las que no se nos antoja comer mucho pan para la comida que va a ir a la mesa, y con unos panecillos tenemos suficiente. Nos vienen genial.
Otro punto a favor de este pan es que en su elaboración no te manchas las manos para amasar, y no es que haya usado la thermomix o similar, no. Pero únicamente te vales de una rasqueta o de una cuchara de madera para amasar. Ya está.
La receta la encontré con un paso a paso fantástico que podréis encontrar
aquí.
Os explico cómo he hecho estos ricos panecillos.
Ingredientes (Para 8 panecillos)
- 500 g de harina de fuerza
- 375 ml de agua
- 150 g de masa madre; yo siempre hago la de Dan Lepard, que podéis ver en el blog de Salomé.
- 1 cdta de miel
- 10 g de sal
- Antes de preparar la masa, de los 375 mililitros de agua reservamos 150 que utilizaremos posteriormente. En un recipiente amplio ponemos todos los ingredientes y mezclamos con una rasqueta o con una cuchara de palo. Tapamos con un paño y dejamos reposar entre 20 y 30 minutos.
- Transcurrido este tiempo, comenzamos a añadir el agua poco a poco, a medida que se vaya integrando en la masa. Este proceso lleva unos cuantos minutos.
- Untamos las paredes de un recipiente de plástico, o tupper, con un poco de aceite de oliva y vertemos la masa. En este momento la masa es muy pegajosa y no es conveniente tocarla con las manos. Dejamos reposar durante 10 minutos. Al cabo de ese tiempo amasamos plegando 90º el lado de la derecha hacia el centro, lo mismo con el de la izquierda, y a continuación el de arriba y luego el de abajo, y todo con la ayuda de una rasqueta, nada de manos. Tapamos con la misma tapa del tupper y dejamos reposar otros 10 minutos. Y repetimos esta operación una o dos veces más.
- Untamos la mesa de trabajo con aceite de oliva para que la masa no se pegue y volcamos sobre ella la masa. Amasamos de la misma manera que lo hemos hecho anteriormente, tapando posteriormente la masa y dejándola reposar durante 10 minutos. Repetimos la operación dos veces más.
- Al cabo de este tiempo, sobre la mesa de trabajo ponemos una importante cantidad de harina y sobre ella la masa, que intentaremos manipular poco, y con cuidado, para no desgasificarla. Espolvoreamos bastante harina por encima. Le damos forma cuadrada o rectangular, y con la rasqueta cortamos la masa en la forma que deseemos: o bien para hacer barras alargadas, cuatro, o como en mi caso, ocho porciones para panecillos. Con las manos remetemos la masa todo alrededor, para darle una forma más pulcra, nos aseguramos de que le cubra bastante harina y las pasamos a dos fuentes de horno con papel vegetal, dejando una buena separación entre ellas. Tapamos con un paño y dejamos reposar hasta doblar su volumen, unas dos horas. Yo la guardé en el horno apagado, fuera de corrientes.
- Encendemos el horno a 250º, colocamos en el fondo un recipiente con agua para crear vapor. Justo antes de meter el pan en el horno, pulverizamos su interior con agua, así como la superficie de los panes. Los introducimos en el horno, pulverizando en el interior de vez en cuando. Pasados diez minutos, bajamos al temperatura a 220º y los dejamos unos 10 minutos más en el caso de los panecillos. Si fueran panes, los coceríamos entre 30 y 40 minutos, o hasta que estén dorados.
A mi me resulta muy útil preparar la masa por la tarde para refrigerarla, que pase la noche en la nevera y prepararla para el horneado al día siguiente por la mañana. De esta manera, no hay riesgo de que nos pille el toro y se acerque la hora de la comida sin que el pan esté listo.
Si eliges hacerlo así, es conveniente sacar la masa de la nevera una hora antes del horneado. En invierno, mejor si son dos. Una vez que se ha atemperado, la preparamos para que leve el doble de su volumen y deberías partir del punto número 5 de la explicación.
- Mezclar ingredientes. Reposo: 20-30 minutos.
- Añadir agua. Guardar en recipiente aceitado. 3 o 4 plegados y reposos de 10 minutos.
- Aceitar la mesa. 3 plegados y reposos de 10 minutos.
- Enharinar, dar forma, levar. 2 horas aproximadamente.
- Horneado: dependiendo del formato elegido, entre 20 y 40 minutos.
Espero que la explicación os haya resultado clara. Aunque os pueda parecer laborioso, no lo es en absoluto. Requiere tiempo y organización, y ahora, con los fríos por venir, y pasando las tardes del fin de semana, tenéis un rato de entretenimiento y otro de regusto cuando disfrutéis el pan.
¡Feliz Día Mundial del Pan!
49 comentarios han dado alegría a esta entrada:
Si tienes alguna consulta, te responderé en cuanto me sea posible. También puedes escribir un correo a cocidodesopa@gmail.com.
Muchas gracias por tus palabras y tu tiempo.